Las pisadas de la multitud, las constantes vociferaciones de transeúntes alterados por las eventualidades de su diario vivir, la sinfonía de claxones cuyos efectos deseados distan de aquellos obtenidos: partes intrínsecas de un conglomerado llamado Urbe. Ha sido probado de manera científica que el código genético del individuo conocido como Comeplatanus Beberomus carece de un sentido desarrollado de audición, atribuido a la permanencia prolongada en ambientes socioculturales. No se ha podido determinar con certeza la causa principal de esta deficiencia, pero se rumora que la ingesta de brebajes fermentados tuvo alguna incidencia en esto. Con la finalidad de compensar dicho defecto hereditario, este curioso animal frecuenta lugares que imposibiliten la audición a sus homólogos multiétnicos. Está demás mencionar que este comportamiento errático posee consecuencias irreversibles, como una deficiente comunicación interpersonal, irritación de la laringe, migrañas y mal humor. Otra teoría d...
reach out and touch someone.