Skip to main content

silencio urbano

Las pisadas de la multitud, las constantes vociferaciones de transeúntes alterados por las eventualidades de su diario vivir, la sinfonía de claxones cuyos efectos deseados distan de aquellos obtenidos: partes intrínsecas de un conglomerado llamado Urbe.

Ha sido probado de manera científica que el código genético del individuo conocido como Comeplatanus Beberomus carece de un sentido desarrollado de audición, atribuido a la permanencia prolongada en ambientes socioculturales. No se ha podido determinar con certeza la causa principal de esta deficiencia, pero se rumora que la ingesta de brebajes fermentados tuvo alguna incidencia en esto.

Con la finalidad de compensar dicho defecto hereditario, este curioso animal frecuenta lugares que imposibiliten la audición a sus homólogos multiétnicos. Está demás mencionar que este comportamiento errático posee consecuencias irreversibles, como una deficiente comunicación interpersonal, irritación de la laringe, migrañas y mal humor.

Otra teoría describe esta condición auditiva como "Una predisposición inconsciente debido a la carencia de esencia verbal"1. Esto quiere decir, que el individuo opta por rodearse de contaminación auditiva por temor a no tener nada de qué hablar. Esta teoría queda refutada cuando se consideran los escenarios urbanos-rurales, mostrando un mayor índice de ruido en las ciudades comparado con las zonas intramontañosas, en nuestra ubicación geográfica específica al menos.

Con esto queda dicho, que la próxima vez en que se encuentre en un ambiente donde la posibilidad de transmitir un mensaje verbal sea nula, limítese a usar gestos con las manos y, en casos extremos, con los dedos. La mayoría de los mismos son universales y no requieren estudios previos, aunque existen excepciones regionales, asi que hay que tenerlo pendiente.

1. "Comeplatanus Beberomus" - Bernardo Frías (CB-B.Frías)

Comments

Popular posts from this blog

A moment of doubt

It's funny when you reach a point in your life when you think you have it all figured out, you come to realize that all you thought you knew was actually backwards. As if you were looking at a picture upside down, and one day you flip it over and it makes much more sense, but it also means you have to "unlearn" what was already imprinted in your being. You then modify your perceptions and your whole world comes tumbling down. A spark of self-doubt plants itself in a tiny nook between your heart and mind, like a parasite that just found its host. Everything you thought you knew comes into questioning, simple things, trivial things. You have internal battles, debates in your head between your acquired "truth" over the years and a "what if" scenario that would refute it. Logic, reasoning, science, common sense; Your safe havens, that which you know to be true, or at least to a degree of certainty that surpasses your own convictions at the time. You fi...

Comforting Pain

A distant gaze into the unknown; A thousand bursts of everything and nothing at once. The clicking noise of gathering your thoughts; Yearning for things that you knew would always fade, eventually. The balance between acknowledging the faded glint of hope, and accepting you're not as strong as you thought you were, or maybe... Maybe this was always supposed to happen, in this way, this sequence. Maybe there is a blueprint or sketch, a layout of how things are meant to unravel. Maybe that would help make sense of it all, but alas... To take comfort in uncertainty. To accept your humanity. Hard surface dented and scratched with countless stories and faceless memories. What's the point of prideful scars when you can't accept your shoulders giving in to the insurmountable weight? A grin: Echos of joyful remembrance, of simpler times not so long ago. Refusal to become the incarnation of banality, isolated in a crowded matrix.  The irony of assimilating your unexceptional uniquen...

Una década de reflexión

Diez años han pasado de este milenio... Hace diez años la vida era tan simple, uno se arropaba en la sencillez como una cobija en un frío invierno. 120 meses de aprendizaje, risas y carcajadas, llantos y suspiros. Tiempo para valorar y para crecer, de grandes cambios y más de lo mismo. Cuando antes la preocupación consistía en nimiedades y trivialidades, hechos que, aunque ahora insignificantes, marcaban la diferencia en nuestras vidas. El lienzo ahora tiene contenido, donde el blanco tornó claroscuro, y los brotes multicolores abundaron. La esencia nunca cambia, uno no deja ser quien es, en el fondo. Sin embargo, el cascarón va evolucionando, la mente queda empapada en conocimiento y experiencias, aquellas que te permiten tomar decisiones sabias y tropezar menos en la vida. Las cicatrices te ayudan a recordar, y no cometer los mismos errores. Es tiempo de cerrar capítulos, concluir etapas, aprender de ellas, y recordar... Recordar que siempre hay una luz al final del túnel, Recordar q...